CARAS ANCHAS Y NO CARAS LARGAS

Me refiero a que si entrabas en un bar y el equipo favorito iba perdiendo todos los que miraban a la televisión ponían caras largas. Sin embargo, lo habitual hoy en día es, entrar en un bar, mirar la tele y no ver nada más que caras anchas.

Desde hace algún tiempo los bares van instalando televisores de plasma de gran formato, cosa que no sucede solamente en los bares sino también en los domicilios particulares.

El problema es que estos televisores planos son panorámicos con el formato 16:9, lo que quiere decir que la relación entre lo ancho y lo alto es de 10:9.

Por otro lado, la televisión de toda la vida se transmite en un formato estrecho, casi cuadrado, en el que la relación entre el ancho y el alto de de 4 a 3. El formato de toda la vida de la televisión se definió con esa proporción ya que es la misma con la que empezó el cine. Y lo que se hizo fue adaptar las proporciones de la televisión a las del cine de aquella época.

Posteriormente el cine cambió de formato y aparecieron también los formatos panorámicos como el Cinemascope y similares.

El resultado final es que tenemos programas o películas grabadas para televisión en formato no panorámico 4:3, tenemos películas pasadas a la televisión en formato Cinemascope o Panavisión con una relación de 1,85 a , que no corresponde con ninguna de las anteriores.

Simplificando, lo que tenemos son programas en una imagen casi cuadrada (televisión, imágenes en formato panorámico (algunas de televisión moderna y DVD) e imágenes superpanorámicas provenientes del cine.

El problema es que nada casa con nada, si vemos una película hecha en Panavisión en un televisor normal aparecerán dos bandas negras por encima y debajo de la película y en el centro manteniendo la proporción del cine estará la película bien pequeña.

Pero este no es el problema, el lío de verdad viene de que las televisiones emiten en casi cuadrado y si lo vemos en nuestro maravilloso televisor panorámico de 50 pulgadas, lo que tenemos es una imagen pequeña en el centro y dos bandas verticales a los bandos. Como eso es pagar un televisor muy grande para ver una imagen muy pequeña, lo que hacen los fabricantes de televisores es estirar la imagen para que ocupe toda la pantalla con lo cual lo personajes que aparecen salen todos bien hinchados uy las caras parecen las del anuncio del Netol, aquel de los años cincuenta.

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Los televisores panorámicos suelen tener tres o más maneras de defomar la imgane y en genereal, aunque lo manueles las mencuinan casi siempre son parcos en explicar la deformación.

Las tres opciones típicas que tienen los televisores panorámicos son (aunque cada fabricante les da sus propios nombres):

Zoom: amplía la imagen lo suficiente como para que desaparezcan las bandas laterales negras. La imagen mantiene sus proporciones pero como se amplía en todos los sentidos, se nos sale de la pantalla por arriba y por abajo. Mal invento si nos interesa ver, por ejemplo, los subtítulos de las películas, ya que se pierden y las cabezas quedan cortadas.

Panorámico: la electrónica interna del televisor “estira” la imagen como si fuera de goma hasta ocupar todo el ancho de la pantalla. Aquí no se pierde ninguna capa de la imágen, pero la deformación hace que todos los personajes parezcan anuncios de Netol.

Optimizado: es un truco que consiste en respetar las proporciones de la parte central de la imagen y estirar solo los laterales. De esta forma, si tenemos tres personas mirándonos de frente una al lado de la otra, la del centro es normal y la de los lados son ensanchadas.

Como vemos no hay solución perfecta salvo la de esperar que todos los programas se emitan en formato 16:9, cosa que se hará popular con el uso de la TDT.

Como lo anterior está tan mal explicado en los manuales, por eso vemos tantas caras anchas en los televisores de los bares … y de los que no son bares.

Publicado en O.C. el 12 de Mayo de 2006.