NI PLASMA NI TFT, AHORA TOCA OLED

Pues aunque no lo parezca así es. Plasma y TFT son tecnologías que ya se pueden considerar anticuadas. O, por lo menos, van a durar muy poco. La razón es que ya tenemos funcionando un buen sustituto para ellas. Se trata de la tecnología OLED, que no quiere decir usmear en castellano, sino que Leds Orgánicos, que son diodos emisores de luz con una base orgánica en lugar de mineral.

Y no digo que esta nueva tecnología vaya a sustituir a la otra porque sea técnicamente mejor, que lo es, sino porque el método de fabricación es sumamente sencillo y eso va a dar como resultado una caida en picado de precios que no se podrá aplicar ni a los televisores de plasma ni a los TFT.

Hace unos meses expliqué en esta sección los principios de funcionamiento de las pantallas planas TFT y plasma. Recordaremos que la tecnología plasma se basaba en la emisión de puntitos de luz debido a una tensión eléctrica aplicada en un pequeño espacio lleno de gas. Esta tensión ioniza el gas y, al final, genera un punto de luz. Recordemos que el principal problema es que estas hoquedades de gas no se podían reducir mucho con lo cual el plasma nos da unos pixels bastante gordos que acaban penalizando la resolución y también impidiendo que en la práctica se puedan construir pantallas inferiores a 40”.

Por otra parte, recordemos también como decíamos que las pantallas basadas en cristal líquido o TFT o LCD, como gusten, que todo viene a indicar lo mismo, se basaban en una fuente permanente de luz blanca que tenía que atravesar unos puntos constituidos por cristales líquidos que se hacían más o menos opacos permitiendo cada uno de estos puntos el paso de más o menos luz proveniente de la parte de atrás.

Resumimos que los televisores de plasma funcionan por emisión de luz mientras que los de TFT funcionan por transferencia.

Demos ahora un vistazo a las pantallas OLED. Aquí se trata de unos diodos constituidos por capas de un compuesto orgánico y que al igual que los leds normales que todos conocemos, emiten luz de diversos colores al aplicársele una tensión.

Podemos afirmar, por tanto, que las pantallas OLED funcionan de cara al aspectador como las de plasma, es decir, por emisión de luz, con lo cual la relación de contraste es altísima y si en las pantallas de plasma se hable de relación de contraste entre claro y oscuro hasta diez mil (el negro más negros es diez mil veces más oscuro que el blanco más blanco) en OLED la relación es infinito ya que un led apagado da luz cero. Esta enorme relación de contraste da como resultado unas imágenes de una viveza espectacular.

Por el contrario, los televisores TFT al funionar por transparencia, un punto negro no lo es del todo ya que siempre permite el paso de algo de luz de la fuente posterior, por lo que se habla siempre de relaciones de contraste de 800 a 1 en el mejor de los casos.

Las pantallas OLED tienen un bajo consumo eléctrico al no tener una luz permanente detrás, como les pasa a las TFT, gastando corriente, ni al necesitar potencias eléctricas elevadas para “encender” las partículas de gas como le sucede a las pantallas de plasma.

Por eso, el primer lugar donde se ha producido la comercialización masiva de pantallas OLED ha sido en la telefonía móvil ya que aquí es muy interesante aumentar al máximo la duración de la batería. Aparte de que con la tecnología que había hasta ahora era muy fácil fabricar pantalla de pequeño tamaño.

Si vemos cual es el método empleado para fabricar pantallas OLED entenderemos por qué sus precios son tan bajos y lo serán aún. Las capas de material orgánico que se depositan sobre una superficie plana, que luego será una pantalla, se crean mediante una técnica muy similar a la de las impresoras de tinta, es decir, que las pantallas OLED más que construirse se “imprimen” sobre una superficie plana. Las pantallas OLED actuales hay que “pintarlas” en un entorno libre de aire, o sea, al vacío. Pero ya se ha desarrollado una tecnología sucesora que se llama PLED ó leds de Polímero que no requieren vacío con lo cual los costes de fabricacióon son bajísimos.

Esperemos en un futuro muy próximo disponer de televisores de 40” por menos de 300€.

Por el hecho de que las pantallas OLED o PLED se “pintan” sobre una superficie que no tiene porque ser necesariamente plana, ya están comenzando a aparecer algunos prototipos de tejidos OLED con lo cual, nada más fácil que confeccionar un vestido que sea al mismo tiempo una pantalla de televisor u ordenador o, más simplemente, que el dibujo de ese vestido, luminoso y de colores, naturalmente pueda variar instantáneamente a voluntad de la persona que lo lleve.

El único problema actual es que la duración de una pantalla OLED se estima en 20.000 horas pero ya están en desarrollo pantallas de hasta 150.000 horas.

Y, mientras, ya tenemos en las puertas la tecnología sucesora, SMOLED o leds orgánicos de moléculas pequeñas … para volverse loco.

Publicado en O.C. el 6 de Enero de 2006.