NAVSTAR GPS, MITOS Y REALIDADES


El otro día viendo la tele tropecé con una entrevista que le hacían a uno de los “enterados” de turno. Estaban hablando de la red Echelon que como todo el mundo sabe (y si no lo sabe lo decimos ahora) se trata del sistema de espionaje electrónico gestionado pot la NSA americana (Agencia de Seguridad Nacional), una prima hermana de la Cia.

La red Echelon consiste en un conjunto de potentísimos ordenadores que buscan palabras clave que circulen por los sistemas de comunicación, ya sean de Internet o, incluso, telefónicos. Cuando los ordenadores detectan una palabra sospechosa, como por ejemplo, Bin Laden, graban esa conversación y la guardan junto con una alerta para su análisis por parte de inteligencias humanas.

Si bien es cierto que la red Echelon existe y funciona, el entrevistado iba mucho más allá con la paranoia totalmente disparada. Decía que cualquier persona que lleve un GPS que, como sabemos, se orienta a partir de unos satélites, conoce su posición perfectamente y, por consiguiente, los satélites, y con ellos la Cía y no se sabe que otras tenebrosas organizaciones podrían saber en cualquier momento donde nos encontramos cada uno de nosotros cuando estamos utilizando un GPS.

Está claro que el entrevistado había oido campanas pero no tenía muy claro donde sonaban y, la pena en estos casos, es que varios miles de personas, por no decir millones, que estén viendo el programa se lo van a creer del todo y de esta forma ya se produce el nacimiento de otro mito más como el de que las señales de radio producen cáncer, determinados refrescos son corrosivos, etc.

Y el caso es que el entrevistado no era un personaje de la prensa rosa, precisamente, sino alguien más serio, al menos aparantemente.

Para poner las cosas en su sitio vamos a darle un repaso al funcionamiento del GPS que, aunque parezca magia, en realidad no es difícil de comprender.

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El GPS funciona basado en relojes de altísima precisión y cuanto más precisos son los relojes con menos error nos dice dónde nos encontramos. Veamos como:

El sistema Navstar GPS consiste en una red de satélites que están orbitando continuamente la tierra a baja altura. Cada satélite lleva un reloj que le indica la hora que es con una gran precisión de hasta millonésimas de segundo. En el satélite hay un pequeño ordenador que “sabe donde se encuentra en cada momento”. A través de un sistema de radio el satélite va retransmitiendo continuamente la posición en que se encuentra y la hora que marca su reloj.

Una persona que tenga un GPS en realidad lo que tiene es un receptor que recibe las señales de los satélites que se van moviendo continuamente. Cuando recibe un mínimo de 3 satélites, el receptor de GPS ya está en condiciones de determinar su propia posición. Como cada satélite le dice donde se encuentran y la hora que tiene y, como el GPS también lleva un reloj de alta precisión, el pequeño ordenador que hay dentro del aparato (GPS) sabe donde se encuentran cada uno de los cuatro satélites que está sintonizando ya que como hemos dicho es una información que envía cada satélite continuadamente. Y teniendo en cuenta que por el desfase entre la hora que le dice el satélite que es y la hora que tiene el receptor de GPS, dado que las ondas de radio necesitan un tiempo para recorrer la distancia entre el satélite y el receptor, el susodicho receptor ya tiene todos los datos para saber donde se encuentra: donde está cada uno de los satélites y a qué distancia. El resto es un sencillo cálculo matemático y colocar esa posición en un mapa para enseñarlo en la pantalla.

De todo lo anterior hemos visto que los GPSs solo escuhan pero no dicen nada y los satélites por su parte solo dicen pero no escuchan nada. Así que, tranquilos que nadie va a saber donde se encuentra usted porque lleve el GPS encendido. Otra cosa es el teléfono móvil pero de esto hablaremos otro día.

Publicado en O.C. el 5 de Mayo de 2006.