LO INAMOVIBLE DE SIEMPRE SE MUEVE


Casi cada semana tengo ocasión de disfrutar de comer con Joan Turró, el director de esta publicación. Normalmente hablamos de temas relacionados con la técnica para la elaboración de esta publicación, pero hoy seguro que gracias a que nos hemos pasado de cervezas sin alcohol, hemos ecolubrado un poco más y nos hemos puesto a arreglar el mundo. Hoy, el Joan, andaba dándole vueltas a cómo se iba a desarrollar el tema de la comunicación ya que como es lógico en el director de un medio escrito, se preocupa de saber cuál es el futuro y si incluso los medios de comunicación, tal y como hoy los vemos, tienen futuro.

Aparentemente todo lo que está establecido es sólido y es para toda la vida. La prensa escrita hace más de un siglo que existe y no parece que ningún otro sistema la vaya a destronar por completo.

La televisión ya ha cumplido más de sesenta años y se supone que con pequeños cambios va a durar mil años más.

Al menos eso es lo que deben de pensar todos los grandes analistas que asesoran a los propietarios de los medios de comunicación y en vista de ello yo le debería de aconsejar a Joan que continue escribiendo sus revistas y, si puede, invierta tiempo o dinero en radio y televisión ya que como diría un economista se trata de tipos de negocios consolidados a lo largo del tiempo.

Los razonamientos de arriba en mi opinión son falaces: si el tiempo consolida las cosas, ¿qué le sucedió al muro de Berlin?. Y eso que el tema del muro de Berlín está alejado de la tecnología y su caida fue más el resultado de la sociología y de la economía, sin descontar la política.

Y ahora viene la pregunta. Si la destrucción del muro de Berlín que he puesto como ejemplo, se aceleró en questión de tres años y en su causa intervinieron procesos tan lentos como los que produce la política, ¿qué habría sucedido si el famoso muro fuera dependiente de los avances de la tecnología?.

Usando los anteriores argumentos, mi primer consejo a Joan es que se olvide de gastar muchos recursos en los “negocios de toda la vida”. No vaya a ser que se encuentre con su negocio hecho piedrecitas mucho antes de lo que nadie pudiera imaginarse.

Vamos a ver los síntomas que se están dando y que me llevan a pensar que están a producirse grandes cambios.

Google que empezó siendo un buscador, ya no es un buscador. Google se ha convertido en una bestia que está a punto de darnos una sorpresa importante y un susto aún más importante a más de una empresa consolidad de toda la vida.

Síntoma nº 1: Google dispone del ordenador más potente del mundo y casi nadie se ha dado cuenta.

Síntoma nº 2: Google está probando una nueva aplicación para su superordenador que se llama Webaccelerator.

Síntoma nº 3: Google está compranmdo toda la fibra “óptica oscura” que puede encontrar y a muy buen precio.

Sucede que en la época de la burbuja de Internet, se instalaron miles y miles de kilómetros de fibra óptica pensando que Internet lo iba a ser todo Luego explotó la burbuja de internet y esa fibra óptica quedó instalada y sin uso. Por eso se llama “Fibra Optica Oscura”. Ahora toa es de Google.

Síntoma nº 4: Google está buscando ingenieros especializados en comunicaciones por fibra óptica y redes wifi. Y está contratando a tantos y pagándoles también que se está iniciando una crisis en el resto de empresas de tecnología que se han quedado sin mercado laboral a su alcance.

Hay más síntomas todavía pero con los que mos visto ya podemos imaginar un futuro, probable:

Google desea monopolizar el mercado de las telecomunicaciones dándolas, como es su norma, gratis a todo el mundo.

Teniendo en cuenta, además, que el año pasado el ayuntamiento de Philadelfia de Estados Unidos calculó que dar cobertura wifi a toda la ciudad salía, entonces, por diez millones de dólares y teniendo en cuenta que Google tiene diecisiete mil millones de dólares en la caja listos para gastar, vemos que está en capacidad de dar cobertura a todos Estados Unidos y a una buena parte del mundo utilizando tecnología wifi y las fibras ópticas que está comprando a bajo precio.

Quizás cuando se depierten las grandes operadoras, como Telefónica, y similares sea jutso para echar el cierre.

Quien sabe.

Publicado en O.C. el 14 de Octubre del 2005.