KISS NO ES IGUAL A BESO


No hay más que ver el estado de la tecnología y ser un usuario compulsivo de todos los trastos tecnológicos que van apareciendo como para darse cuenta de que en realidad nos estamos complicando la vida en exceso. Por ejemplo, ¿quién de ustedes ha utilizado alguna vez todas las posibilidades de su grabadora de vídeo o de DVD?.

Antes aún podíamos decir que de poco nos servían las cien programaciones de grabación que podía hacer un video ya que no resultaba práctico puesto que una cinta duraba un par de horas. O sea que, era muy poco probable que nos marcháramos veinte días de vacaciones y dejásemos el video programado para grabar los veinte capítulos de nuestra serie favorita. No era probable porque lo más normal es que los veinte capítulos no cupieran en una cinta.

Lo anterior lo digo como una reflexión de que siempre los fabricantes nos están dando mucho más de lo que necesitamos.

Dentro del entorno de ingenieros en Estados Unidos corre un refrán que se resume en una sola palabra: “Kiss”. Y tal como decíamos al principio, en este caso Kiss no significa beso sino que es el acrónimo de “Keep It Simple, Stupid”. O sea que, traducido literalmente, vendría a ser algo así como: “No seas estúpido y mantenlo simple”.

El problema está en que por encima de los ingenieros sobrevuelan los expertos en marketing cuyo único interés es vender el máximo posible ofreciendo más cosas que la competencia y, de poder ser, a mejor precio. Entienden que un aparato se va a vender más cuantas más funciones tenga.

Y razón ya tienen, ya. Ese es el problema, que el usuario se deja seducir por la cantidad de posibilidades del aparato y lo compra. Y lo normal es que al cabo de unos días ya se haya cansado de jugar y de experimentar y utilice ese aparto en función más básica para la que fue creado. Y, al final, como no, acaba teniendo razón el “Kiss” de los ingenieros aunque ya es demasiado tarde y el departarmento de marketing del fabricante ha cumplido su objetivo: vender mucho por encima de todo y a que las ventas caigan un poquitín o la competencia espabile, poner más funciones y más botones al mismo aparato de antes para crear la necesidad de tirar el viejo y de comprar el nuevo.

¿A cuántos de ustedes no les ha sucedido el querer programar el video para que grabe un programa mientras está en el cine y haber llegado tarde a la película porque ha habido de leerse de cabo a rabo un manual que llevaba seis meses en un cajón?.

Y encima descubrir a la vuelta del cine que no se ha grabado nada ya que no se ha programado bien el aparato.

Otro ejemplo lo tenemos en los teléfonos móviles. Que desde hace un par de años llevan cámara fotográfica incorporada y resulta que esas cámaras que hacen fotos de una calidad tan mínima que en pocos días el propietario se cansa y ya vuelve a utilizar el teléfono para lo que se inventó: hacer llamadas y recibir o enviar algún otro SMS. Y cuando quiera hacer una foto utilizar su cámara digital.

No ha sido hasta ahora que han comenzado a aparecer teléfonos que incorporan cámaras de una cierta calidad pero entretanto los fabricantes de teléfono ya han vendido un montón de “cámaras basura” y las operadoras telefónicas han facturado un montón de dinero en concepto de los mensajes multimedia que contienen unas fotos que requieren la capacidad de deducción, de Sherlok Holmes para saber qué muestra la imagen.

Lo dicho, mantenlo simple y no seas estúpido. Y este mensaje no es para ustedes, lectores, sino para los fabricantes.

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Publicado en O.C. el 23 de Septiembre de 2005.