¿A USTED LE ASESORA SU SOBRINO?

No es broma. En mi trabajo como consultor me encuentro muchas veces haciendo de bombero para apagar los fuegos que han encendido algún que otro sobrino y algún que otro hijo de vecino.

Es cierto que la gente joven hoy en día anda muy metida en los temas de la informática y la tecnología y algunos llegan a dominar el manejo de un ordenador, por ejemplo, hasta un nivel de auténtico hacker pero ese conocimiento no los convierte automáticamente en nuestro mejor asesor. Y aún hay empresas y usuarios para los cuales el que les asesore el sobrino aún sería el menor de los males. Lo peor viene cuando dichos usuarios que a veces llevan la responsabilidad de conducir una empresa, son ellos mismos los que se autoasesoran. Vamos a verlo con algunos ejemplos.

El caso que detallo a continuación es absolutamente verídico y se ha dado en Osona sin ir más lejos. Naturalmente, no diré ni el nombre de la empresa ni el del sobrino del gerente.

Tenemos el caso de una pequeña empresa que tiene unos pocos ordenadores interconectados a través de una red que ellos mismos se han montado convenientemente asesorados por el sobrino del gerente.

Hasta aquí todo normal, la red funciona, nadie sabe si bien o mal ya que no conocen otra cosa para comparar y a ellos el servicio ya se lo hace.

Ahora llega el momento en que la red se les queda pequeña ya que en las máquinas se están manejando ficheros de gran tamaño y que tienen que pasar de uno a otro ordenador para su procesamiento.

El gerente consulta con su sobrino quien le dice que, claro, la red que tiene es de 100 Megas y que si la pasa a 1000 Megas pues los ficheros van a tardar diez veces menos en ir de una máquina a otra. Aparentemente el cambio es muy económico. Todas las máquinas se interconectan a través de un aparatito llamado switch y en principio según comenta el sobrino es suficiente con irse a una tienda, pedir un switch de 1000 Megas ó de “Gigabit” como le ha dicho a nuestro gerente su sobrino que como sabemos está muy puesto en la terminología.

Nuestro director se va a una tienda de informática y pide su switch de “Gigabit”. Allí le dicen que hay varios modelos y que cuál quiere. Nuestro hombre pide los precios y le dicen que el de la marca tal vale 80 euros y el de la marca cual 160 euros. Nuestro hombre pregunta, mirando la chuleta de su sobrino, si los dos son de Gigabit a los que los de la tienda responden que sí. El pregunta cual es la diferencia y le responden que la marca ya que el de 160 euros es de una marca “mucho más buena”. Nuestro hombre opta por el más barato, total si los dos son igual de rápidos, ¿para qué voy a pagar marca? debe de pensar.

Total que el director se va con su switch para la oficina, desenchufa todos los cables y los conecta a su nuevo switch. Y más que contento pensando que por tan solo 80 euros ha multiplicado por 10 el rendimiento de su equipo informático.

Hace la primera prueba pasando un archivo de esos gordos de una a otra máquina y en lugar de ir 10 veces más rápido, solo va el doble.

¿Cuál ha sido el problema?.

Pues, además de un mal asesoramiento, el tema está en que los switches de 1000 Megas se comunican efectivamente con los ordenadores a 1000 Megas pero los datos no pasan a esta velocidad salvo que el switch tenga una característica de la que curiosamente adolecen los switches económicos y, por otra parte, esa característica también debe de estar presente en los propios ordenadores.

O sea que el cambio no es tann sencillo como las apariencias indican. Un asesor profesional habría detectado enseguida qué es lo que habría que mejorar en todo su conjunto para que la red fuera más rápida. No 10 veces, ya que eso es la velocidad teórica, pero sí 7 ú 8 veces más rápida que la original.

Para lograrlo, el asesor le habría hecho comprar a nuestra empresa un switch algo más caro y también le habría hecho cambiar en todos los ordenadores las tarjetas de red y, naturalmente, le habría pasado una minuta por el asesoramiento.

Ciertamente le habría salido más caro que la solución que el gerente optó por su cuenta pero a cambio le hubiera funcionado, mientras que con el asesoramiento casero lo único conseguido ha sido tirar 80 euros y seguir casi igual que se estaba y, encima, teniendo que acudir a un profesional con el tiempo que se ha perdido mientras.

¿Qué cual es la caractrística que tenían que tener el switch y los ordenadores?.

Permítanme que lo silencie, soy asesor y tengo que pagar por mis garbanzos.

Publicado en O.C. el 9 de Septiembre de 2005.