¿Facebook?

FaceBook?

De un tiempo a esta parte se ha disparado la fiebre de las redes sociales en Internet de las cuales la más conocida, aunque no la única, es FaceBook.

Cualquiera diría que si no estás apuntado en una de estas redes no existes.

En principio, el objetivo de estas redes es el de facilitar las relaciones entre personas. Para conseguirlo, el que lo desee, nada más tiene que apuntarse en la red social dando sus datos y seguidamente podrá utilizar el buscador para localizar gente afín, por ejemplo, ex compañeros de clase o de trabajo y marcarlos como amigos. De esta forma el programa de la red social agrupa a personas que se conocen. Naturalmente no basta con invitar a un amigo a unirse a tu grupo. El amigo recibe la invitación y la autoriza.

El inmenso desarrollo de esta red se debe a que no solo te pone en contacto con personas que busques sino también con amigos de tus amigos que no dudarán en añadirse a tu grupo cuando se lo pidas ya que ambos tenéis un amigo común.

He dicho que ese es el objetivo. Pero el real objetivo

de todas estas redes es generar tráfico porque ya sabemos que tráfico en Internet equivale a dinero. Cuantos más millones de usuarios tenga una red social, más millones de personas la visitarán y mayor rentabilidad tendrá la publicidad que se inserte.

Además, dado que para darse de alta hemos introducido datos personales, la publicidad puede ser selectiva y por tanto más efectiva.

En cualquier caso, es conveniente tomar precauciones antes de introducirse alegremente en cualquiera de estas redes ya que sin darnos cuenta estamos haciendo cosas que en otro entorno no toleraríamos y me refiero a colocar en un lugar público datos probados como la fecha de nacimiento, lugar de residencia, etc. Incluso al darse de alta en FaceBook, por ejemplo, llega incluso a solicitar la religión y tendencia política de la persona que se está registrando. La excusa para que introduzcas estos datos es la de facilitarte el contacto con personas afines a tu ideología. No dudo que ese sea el motivo aunque yo me cuidaría mucho de dar estos datos que van a ser a fin de cuentas almacenados en las bases de datos de una empresa generalmente americana que no me va a dar ninguna garantía real de privacidad ni se va a ajustar a las leyes nuestras sobre protección de datos.

Al respecto, leía no hace mucho en un artículo de la revista Times que las visitas a los portales pornográficos de Internet se habían reducido en un 33% en los dos últimos años. Dado que el tráfico en Internet no se ha reducido sino todo lo contrario, el autor del artículo se preguntaba a donde se había ido toda la gente que visitaba los sitios de pornografía, pues según él toda esa gente ha emigrado a las «comunidades de Internet» como FaceBook y similares. Eso quiere decir que estas redes sociales también tienen una parte, como no, menos inocente.

Tengamos en cuenta que los portales de estas comunidades no disponen de medios para detectar que quien se está dando de alta es un menor (aunque en las normas de FaceBook por ejemplo se dice que está restringido el acceso de los menores) por lo cual en FaceBook nos podíamos encontrar con temas de pornografía infantil de muy difícil detección.

En cualquier caso, y al menos al principio, las redes sociales son divertidas ya que los primeros días no paras de encontrarte personas que conoces y que nunca pensarías que estuvieran pululando por estas redes. Digamos que vienen a ser como un inmenso tablón de anuncios, con fotos y datos personales, que esté situado en medio de la plaza Mayor de Vic.

Por lo tanto si usted quiere divertirse un rato rondando por dentro de FaceBook puede hacerlo pero yo le recomendaría lo siguiente:

– No ponga fotos personales que le identifiquen. No hay ningún problema en que usted utilice un «avatar». Por ejemplo, la cara de Hommer Simpson.

– Utilice un alias (nick) en lugar de su nombre real.

– Deje en blanco los datos que usted considere personales, como la religión, etc. FaceBook le dejará registrarse igualmente.

Como una de las trampas que hacen las redes sociales en el momento de registrase es preguntarle si quiere enviar una invitación automática a todas las personas que hay en su agenda del ordenador, sáltese este paso. Suele haber en letra muy pequeña una marca que dice «Omitir». Naturalmente, la intención de la red social es que usted les pase cuantas más direcciones mejor. Y eso se lo van a facilitar con toda intensidad. No se precipite y mire la forma de saltarse este paso. Ya tendrá tiempo usted más adelante de invitar a las personas que usted desee y no a todas las de su agenda en bloque.

Pero ¡cuidado!. Es casi seguro que cuando usted vaya a pedir trabajo a algún sitio lo primero que van a hacer es buscarle a usted en las redes sociales. Así que no intente engañar a su futuro empleador diciéndoles una cosa distinta de la que usted ha puesto en su perfil de FaceBook. Por ello, vale la pena que lea con atención los dos párrafos que siguen.

Entre las redes sociales, no obstante, hay una que se manifiesta muy seria. Se trata de una red de intercambio profesional. Y aunque su motivo como siempre es conseguir tráfico al menos en ésta todo el contenido se orienta al intercambio de Curriculums y recomendaciones laborales.

Me refiero a LinkedIn. Localícela en Google. Puede que a través de LinkedIn consiga un puesto de trabajo que le permita salvar la crisis.